La Enciclopedia Catalana define la biomasa como la “masa total de materia viva existente en una comunidad o en un ecosistema”, englobando tanto la que proviene de origen vegetal o animal como la que surge de la transformación natural de la materia o de la transformación artificial.
La biomasa puede tener su origen en:
- Subproductos agrícolas provenientes de las actividades de los conreos leñosos o de las actividades de recogida de los conreos herbáceos como la paja.
- Productos y subproductos forestales provenientes de las actividades de mantenimiento y mejora de las masas forestales como las podas, las talas y las aclaradas.
- Residuos industriales provenientes de la gestión de los residuos que se generan en industrias como las procedentes de la transformación de la madera, cáscaras de almendras, huesos de aceitunas, etcétera.
- Residuos y subproductos del sector ganadero y agroalimentario que pueden valorarse energéticamente a través del proceso anaeróbico como los purines, el estiércol, residuos de mataderos, grasas animales, restos de pulpas de frutas, etcétera.
- Cultivos energéticos como son plantas de crecimiento rápido que tienen como finalidad la obtención de energía como el eucalipto, chopos, hierbajo, colza, girasol, etcétera.
- Residuos municipales de los restos de poda y jardinería municipal, así como los provenientes de la recogida selectiva.
- Residuos provenientes de la transformación artificial como la fracción orgánica de los residuos sólidos urbanos, los lodos generados en las estaciones depuradoras de aguas residuales o los aceites vegetales ya usados.
Biomasa en el Penedés
La comarca del Penedés dispone de unas 27.000 Ha de viñas y unas 22.000 Ha forestales. Cada año las podas de las viñas generan aproximadamente unas 80.000 toneladas de sarmientos que equivalen a unos 27.000.000 de litros de gasoil. El uso de la biomasa supone un ahorro del 70% respecto al consumo de gasoil. El payés tiene la oportunidad de auto-consumir la energía potencial de la que dispone en sus viñas con la instalación de sistemas de calefacción y calderas de biomasa para su uso doméstico. No obstante, para poder realizar este auto-consumo es necesario hacer una gestión correcta del material, dejándolo en perfectas condiciones para maximizar la rentabilidad y la duración de estas calderas.
De este tipo de instalaciones las hay tanto para uso doméstico como para uso municipal e industrial, como por ejemplo para granjas, invernaderos, bodegas, locales o instalaciones municipales.